Me apropio de tu ídolo...Morir en Octubre

Hay que reconocerse pequeños, recién iniciando un camino, una vida, partiendo para ese lugar en el horizonte, ese lugar que él ya conocía desde mucho antes. Qué ingenua juventud hemos tenido, qué acomodada vida.

Sólo tenía 30 años, ¿sólo tenía 30 años?, siglos ya de sueños, de luchas, de sacrificios por este, su pueblo de Chile. Hoy tengo 24, sin embargo me sitúo años luz de aquellos 30 que vivió Miguel.

Cuánto me gustaría haberlo llevado siempre conmigo, haber conocido su voz tanto antes, haber recorrido sus palabras, haber desplegado su anhelo en todas las murallas, los cuadernos, las verdades.

Esta claridad no la tienen todos, la tienen muy pocos; esta certeza de dar todo por el resto, de no temer a la muerte, pero sí temer a no lograr liberar nuestro país y conseguir desatar las manos del pueblo. Se enfretó, cara a cara, diariamente, firme, inquebrantable, a todos quienes siguen, todavía, perpetuando la desigualdad profunda de nuestro mundo; los increpó, asustó, avasalló con su palabra, su arma más poderosa.

Miguel Enríquez, que gran nombre en el cielo de la lucha quedó escrito para siempre.
Supongo que todavía tienes 30. Ojalá tuvieras los 60 de hoy y la historia hubiese hablado desde otra tribuna. Se te recuerda, en rincones, por todo el mundo, se te recuerda hoy y se hace vida tu batalla.

Más que asombro, sorpresa o qué sé yo...

Acabo de descubrir un mundo notable en un lugar que, según las señas que manejo sobre espacios bellos y especiales, no tendría por qué -ni cómo- albergar semejantes cosas.

¿Será que son así estas miradas?
Unen, "arrejuntan" como escuché alguna vez por ahí...llegan las palabras (a granel), las ganas, los anhelos, los temblores de corazón de tantos, de cuántos lugares desconocidos del mundo, a esta especie de RECEPTORA DE VERSOS que espontáneamente emerge al rededor de tu figura trovador.

¿¡Cuántas historias se cobijarán allí!? ¿De cuántos pasos recorridos se hablará? ¿De cuántos hombres cubiertos por recuerdos?

Es como desnudar un gran baúl de bellas ilusiones, varios libros enormes escritos por cada uno de los que celebran la idea de que la vida nos da brillo gracias a infinitas cosas, un gran diario dibujado con los colores del común -no se entienda como la simpleza sino como algo que se hace comunidad- sentimiento del amor y de sus avatares temporales.

Qué día de tantas cosas

Las verdades humanas se presentan devastadoramente.

Surgen, una tras otra, imágenes, sonidos, aromas, sueños, dolores, angustias y el infinito más enorme de todos.
¡Qué día tan condenado! ¡Qué cantidad de preguntas y quebrantos!
Es cierto, por un lado, que mi mundo se va recontruyendo, es cierto también que es profundamente difícil salirse de uno para ver el resto, la realidad cruda de todo, pero es innegable, el país que construyeron otros a punta de balas, muerte, indiferencia, impunidad, egoísmo, hoy se enfrenta a un día más de aquella historia y NO HA HECHO COSA ALGUNA PARA ENCONTRARSE CON EL CAMINO PERDIDO.

¿Dónde quedaron los anhelos, la justicia, la fraternidad, el honor, la lealtad con el pueblo de este país que tanto ha tenido que pasar?
¿Por qué hoy la vida sigue como si nada, como si todo, como si fuera el fin conseguido, el ideal del desarrollo? ¿Por qué todavía no se abren los ojos?

Qué dolor tan determinante, qué dolor en las calles, en las poblaciones, en el país olvidado por los gobernantes, que dolor en nuestra historia y en nuestro futuro, qué desesperanza.

Vaya mi recuerdo, homenaje, saludo eterno a todas las personas que vivieron y sufrieron la masacre, a todos aquellos que lucharon con el alma por mí, por nosotros, por conseguir un ideal de vida incuestionable y por tener el coraje que me falta para luchar desde lo profundo.

¡Qué tristeza gigante! No hay olvido, no hay perdón, no hay entendimiento, no se puede comprender el porqué de la injusticia, la desigualdad, la barbarie.

Tiempo

Mañana Mañana.
El reposo caliente aun de ser.
Piensa el presente guárdame para
mañana mañana mañana mañana.

C.V.

Dicen de los tiempos, todos lo mencionan. El tiempo es sabio, el tiempo sana, crecemos, avanzamos.
Espero el mañana lleno, lleno, lleno de todo, inundado de sol, ese solcito que crece en mi alma sólo ahí; espero el mañana con inquietud.

Ya son dos Agostos

Ya estuve mirando...
Cuesta mirar hacia atrás, cuesta darse cuenta de que se creían en tantas cosas, se esperaban tantas cosas y ahora ya no existen.
¿Era necesario pasar por todo esto? Siento que volví al agosto de ayer, siento que estoy parada desde el mismo lugar, sin saber bien qué va a pasar, en qué volver a afirmarme, en quién volver a creer. ¿Por qué, si ya había avanzado un poco, tuvimos que retroceder al mismo punto? ¿De qué sirvieron los meses, las calles, los días, las noches?
Me reconozco en la nostalgia. Esperaría volver a tener París, Praga y algún día de sol en ese otoño tan lejano, pero ahora no los tengo; esperaría soñar que el camino volverá a aparecer, entre las dudas y los miedos; esperaría tener una sola certeza, sólo una; esperaría volver a mirar sin miedo, sin esperar...
¿Por qué necesito explicarme todo? ¿Por qué estoy así con la esperanza derrotada? Tal vez habría sido mejor evitar esto y no haber aceptado el reencuentro, quizás estaría mejor.

Es difícil enfrentarse al papel, a las letras y, sobretodo, al implacable e impasible paso del tiempo.

Ya las horas han quedado atrás, los días y aquellos tiempos que sólo nosotros sabemos que estuvieron. Ese tiempo nos dejó, ya, solos, nos dejó a la suerte y al porvenir aquel que ojala conociéramos con anterioridad.

¡Cuánto quiero a veces que el tiempo no avance, que ciertas cosas no cambien, que seamos exactamente quiénes debiéramos haber sido en ese momento!

Supongo que al igual que Silvio, hemos gastado tantos papeles recordando y lo seguiremos haciendo.

Muchas veces hablamos de la memoria, ¿cierto? Mi memoria está llena; los recuerdos viven y sobreviven a tantas cosas, tantas tormentas, tantos ocasos, tanto, tanto.

Tal vez es esa nostalgia la que a veces no nos hace levantarnos. Creo que no hay que evitarla, pero también creo que debemos ser capaces de ser valientes, bravos, grandes para atrevernos a no dejar que las cosas sólo se transformen en recuerdos, debemos atrevernos a construir cada nuevo día con todo el amor y la magia que existe en nosotros, nada más y nada menos que eso.

Recuerda, recuérdalos, recuérdanos, pero NO lo dejes al recuerdo, déjalos(nos) en el futuro, en lo que viene, en ese inmenso y bello mañana que nos dará las mejores vidas, nos dará las mejores canciones, las mejores calles, el mejor Buenos Aires que hayamos visto nunca.

Berlin

Barcelona